lunes, 21 de diciembre de 2015

COMINITO

Mi perro creció y creció y creció... Se hizo grande: un perro muy grande. Mi Comino, mi Cominito. Después de haberlo encontrado, como un cachorrito frágil y en el abandono, se convirtió en un perro vigoroso. No tiene caso poner fotos de un "antes" y un "después". Se volvió bello. Sin embargo su fuerza me jalaba en los paseos y me lastimaba la espalda. Como perro / niño y al haber ganado altura, se llevaba y mascaba o tiraba cosas importantes para mí en mi pequeño departamento. Busqué a personas responsables para se quedaran con él. Me recomendaron a una familia. Incluso conocí a dos de ellas y tomaron un curso breve de entrenamiento, al que yo asistí también. Se lo llevaron y costó que se metiera a su jaula. Ahí es cuando empecé a llorar y me abracé de la señora que iba a llevárselo. Irían a un pueblo llamado Progreso, cerca de Huajuapan de León, Puebla.

Ninguna llamada por parte de los nuevos dueños cuando llegaron, lo que me hizo más difícil procesar la pérdida. Nada al otro día. Obtenido el perro, incluso con su transportadora, no les importó quién lo cuidó y se entristeció al despedirse de él (a muchas personas qué les importa la sensibilidad del otro, sólo serví para entregar un perro bello y bien cuidado). Me duele -siempre me ha dolido la frialdad-. Me sentí usada. Quien hizo el contacto con esa familia, también me me proporcionó el teléfono y llamé. Resultado: al otro lado de la línea pretextos insulsos, pero a fin de cuentas, que el perro estaba bien y se había adaptado. Eso dijeron.


Ya no es mío y sé que le cambiarán el nombre.










Ahora, para endulzarme un poco, el mensaje de Gisela; quien cooperó conmigo emocional y económicamente mientras tuve conmigo al perrito:

Mi querida Yola,

Sabemos que hiciste hasta lo imposible por Comino y lo importante es que tendrá una familia que lo podrá cuidar…Comino seguirá su camino y tendrá siempre mucho de que estar agradecida contigo, gracias a quien él se encuentra con vida…

Por el momento estoy en Valle y también quiero darte las gracias por hacerme participe de un pequeño milagro, en la época en que vivimos es un verdadero milagro que todavía haya gente que se detiene para salvar a un perrito…
Te mando un beso y tratare de verte antes de Navidad.

Gisela


DINA Y MIKEL

Esplendoroso día. Una fonda / restaurant en La Condesa. Dina, Sergio, Mikel y yo. Pedí unos huauzontles que disfruté con tortillas que salían del comal, hechas a mano. Todo muy rico. El ambiente navideño, y al fondo el parque con su fuente. Capturé este hermoso instante de cariño: