sábado, 21 de abril de 2012

ELISA DE NUEVO

ELISA DE NUEVO

Ella creyó que en el pasado había tenido una relación de pareja. Claro, siempre estaba presente una diferencia de edades que se soslayaba, o que tal vez era sólo ella quien lo hacía. Él empezó a separarse casi imperceptiblemente, para buscar a otras mujeres... A veces lo hacía de manera oculta y otras era evidente. Tal vez era mucha su necesidad: ¡vaya alguien a saber!

Sin embargo, paradójicamente, una parte de él (tan sólo una parte de él, eso es lo que Elisa cree) aún estaba fusionada con ella de una manera poderosa, casi indisoluble. Sin embargo, el hecho de buscar mujeres, e ignorarla como compañera ante mucha gente era una afrenta que desde hacía tiempo la lastimaba. Cuando no estaba presente la situación anterior, surgía esa parte que era compartida por ambos: el amor por los libros, el arte y el conocimiento; también un continuo aprendizaje y alguna reflexión profunda... Ella sabía que eso los unía y precisamente ese vínculo le ayudaba a vivir y a crecer de manera continua. Sin embargo, la afrenta acechaba y estaba siempre ahí -puesto que era una parte de él-: a veces se hundía y otras sacaba su horrorosa cabeza enfrente de ella. Elisa se repetía mil veces: "Él pudo haber hecho las cosas de otra manera, considerando mis sentimientos, sin necesidad de menospreciarme". Simplemente terminar la relación a tiempo y con honestidad. Ella estúpidamente, siempre minimizó la famosa afrenta para seguir: por un lado, junto al vínculo; por otro, en una parodia.

La afrenta casi se convertía en un ente y se volvía corpórea. De repente, sacaba su espantosa cabeza de monstruo y hacía pensar a Elisa en seres como Escila o Caribdis que surgen del mar y se enfrentan con Ulises en su travesía. Un día, ella ya no pudo más: un lado de la balanza había sobrepasado al otro. La única solución era alejarse de él del todo y pese a eso, Elisa aún añora esa parte de ambos que alguna vez se unió y fue un motor vital e importante (o al menos eso cree ella, aunque su escepticismo hace que ponga todo "en tela de juicio")

La soledad de Elisa a veces es densa, pero sabe que así es y hay que continuar con la vida. Sólo es cuestión de ser un poco más fuerte, al menos un poco más...

Por cierto, las películas que disfrutaron juntos, ella ya no quiere ni tocarlas: quedaron abandonadas en un rincón.

miércoles, 18 de abril de 2012

LÁGRIMAS

Otra vez las lágrimas atoradas. La espera ilusa de no sé qué, que se convierte en melancolía.

lunes, 16 de abril de 2012

Sabado por la mañana: operación quirúrgica de mi hija. Mientras, yo miraba a través de un gran ventanal del Hospital Ángeles la torre de departamentos donde vivió Jennie... Había mucha luz y claridad para ver desde ahí los últimos pisos. Si fantaseaba, podría dar un brinco al piso trece (en mi imaginación, si pudiera saltar encontraría un refugio). Me llegó la nostalgia de los momentos felices que viví ahí a plentitud, cuando no vislumbraba sombras en mi vida. Quise compartir ese momento con ella: "Jennie, mi querida Jennie". No resistí y la llamé por el teléfono celular. Escuché su voz cálida y empática de siempre y sentí que mis recuerdos la tocaron también a ella.

sábado, 14 de abril de 2012

R.S.

Para: Rudiger Säfranski (seudónimo)

Otra vez tus manos estuvieron entrelazadas entre las mías, devolviéndome a la tierra húmeda que es el lugar a dónde pertenezco.

Una vez me preguntaste: "¿Puedes estar en medio del fuego sin quemarte?" Sin palabras, creo que respondí a tu acertijo. Ambos hemos fluido en la intensidad de los sentidos: nuestro tiempo ha sido sagrado para alejarnos de la normatividad y de la eterna rutina. A la vez, tu inteligencia se entramó con la mía, en las conversaciones que nos dictó nuestra libertad.

Después de eso, regresaste a tu lugar y yo al mío. Ahora es tiempo de sosiego y lo vivido se ha quedado en nuestro interior.
Permanecen los sedimentos de lo que queremos dejar.

Bien lo sabes: ven cuando quieras o cuando puedas... Siempre transcurrimos, optamos y sin duda: decidimos.
En un sentido profundo, descubres en cada encuentro a la mujer que soy.

domingo, 8 de abril de 2012

MI RELIGIÓN

"Tú tienes un especie de religión que se relaciona con los animales y las plantas", me dijo con nostalgia mi amigo Víctor y agregó: "Yo no tengo nada".

En ese momento pensé:
"Sí, amigo mío pero son muy pocos quienes comprenden ese sentir"... Creen que es una excentricidad quedarme en casa a cuidar a un perrito al que le lastimaron el alma.

sábado, 7 de abril de 2012

PELUSO

Una bolita de pelos y si uso adjetivos: mugroso, greñudo, maloliente y humilde estaba debajo de una banca de estos condominios. Era un perrito negro con "rastas" entre café y negras. Amarrado por los policías seguramente para sacarlo de mala manera de los condominios (ya lo habían "arreado" a patadas; lo supe después). Era lunes y mi primer día de vacaciones. Le llevé comida y agua. Con timidez y después con apetito aceptó los alimentos.

Volví a mi departamento. Algo me dijo: "¡No puedes dejarlo en esas condiciones!" Acudí para recoger al animalito. Cortaron el cordón con el que lo habían amarrado y lo cargué para llevármelo. Su trasero era un colchoncito de mugre. En vez de resistirse o morderme, puso su cabeza sobre mi hombro con aparente confianza. Eso me conmovió más de lo que ya estaba. A la vez sentía temor de cómo lo recibirían mis otros perros, pues no pudo haber preámbulos posibles...

Después una vecina, amante de los animales, me ayudó con su apoyo moral. Lo llevamos con el veterinario de al lado para que lo bañaran y lo "pelaran": imposible salvar su pelo deteriorado.

Cuando lo recogí miré que su color era un gris hermoso y brillante. Los empleados me dijeron. ¡"Caray, qué buen perro se consiguió"! (aclararon que se referían a la bondad del animal). Quise pagar y me dijeron que la cuenta estaba saldada. ¡Estaba tan nerviosa desde que comenzó este proceso que creí que deliraba; pero no: según me dijeron había ido a la veterinaria una señora alta que pagó eso y otros tratamientos para beneficiar al perrito. Se me abrió el cielo pues había tenido que pagarle al plomero anteriormente una cantidad que no tenía contemplada. ¿Qué seguía ahora y quién era esa señora misteriosa y compasiva?

Por otro lado he estado pensando mil veces si quedármelo o no porque es muy amoroso y encantador. Mi corazón se prende a él, al igual que el suyo se ha prendido del mío.

Aún es un cachorro y si decido que lo adopten, así pase un año conmigo, sólo lo dejaré en las mejores manos... Ya supe también quién es la dama generosa. El perrito por lo pronto se relaja, come bien y convive con su "manada", que son mis perros. Está letárgico y demasiado quieto para ser cachorro, pero espero que con el tiempo y mi cariño, se le pase poco a poco.

viernes, 6 de abril de 2012

Algunas arrastramos recuerdos del pasado que se enquistan en la memoría, otras guardamos en los armarios toda una retahíla de objetos caducos, ya sea por nostalgia o por la típica excusa “seguro que podemos utilizarlos en otra ocasión” y muchas cargamos con historias innecesarias en nuestro inconsciente. Comienza de una vez a desprenderte de aquello que ya no tiene nada que ver contigo, porque saber deshacerse de lo obsoleto nos ayuda a caminar más ligeras. En definitiva, aprende a alzar el vuelo.

Carmen Navarrete (lo escribió para ella misma hace muchos años)