"Tú tienes un especie de religión que se relaciona con los animales y las plantas", me dijo con nostalgia mi amigo Víctor y agregó: "Yo no tengo nada".
En ese momento pensé: "Sí, amigo mío pero son muy pocos quienes comprenden ese sentir"... Creen que es una excentricidad quedarme en casa a cuidar a un perrito al que le lastimaron el alma.