Comienza a sentirse frío. Mi soledad está llena de muchas soledades. Las presencias peludas acompañan mis tardes. El Comino está repuesto después de su estado de desnutrición y abandono. El amor lo veo como una pluma de ave que se quedó señalando una página de un libro, seguramente la de El amante de la China del Norte de Marguerite Duras. Él dijo que volvería y ya no sé si me entusiasma o no, verlo otra vez. Ya no sé quién sea él y quién sea yo. Sé que la tarde se diluye y que algunas de mis orquídeas modestas florecen. La orquídea color vino es chiquitita y venía en un palito. Puedo levantarme y ver esa maravilla diminuta.
miércoles, 21 de octubre de 2015
domingo, 18 de octubre de 2015
PIZARNIK / POESÍA
Hacia el final de su vida declara que su ideal sería hacer poesía con cada minuto de su diario vivir:
"Ojalá pudiera vivir solamente en éxtasis, haciendo el cuerpo del poema con mi cuerpo, rescatando cada frase con mis días y con mis semanas, infundiéndole al poema mi soplo a medida que cada letra de cada palabra haya sido sacrificada en las ceremonias del vivir."
"Ojalá pudiera vivir solamente en éxtasis, haciendo el cuerpo del poema con mi cuerpo, rescatando cada frase con mis días y con mis semanas, infundiéndole al poema mi soplo a medida que cada letra de cada palabra haya sido sacrificada en las ceremonias del vivir."
Alejandra Pizarnik (1936-1972)
lunes, 5 de octubre de 2015
PIZARNIK II
Simplemente no soy de este mundo... yo habito con frenesí la luna. No
tengo miedo de morir; tengo miedo de esta tierra ajena, agresiva... no
puedo pensar en cosas concretas; no me interesan. Yo no sé hablar como
todos. Mis palabras son extrañas y vienen de lejos, de donde no es, de
los encuentros con nadie... ¿Qué haré cuando me sumerja en mis
fantásticos sueños y no pueda ascender? Porque alguna vez va a tener que
suceder. Me iré y no sabré volver. Es más, no sabré siquiera que hay un
“saber volver”. No lo querré acaso.
Alejandra Pizarnik (1936-1972)
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