jueves, 27 de marzo de 2014

TENGO

Tengo mil sueños por cumplir y un par de promesas que escaparon entre las aguas del río helado. Tengo tres recuerdos, un susurro y dos lágrimas junto a mi taza de café; una docena de historias que contar entre los libros de la biblioteca, las sombras de los pinos y el arrullo del viento; el olor a leña quemada, el ardor en el estómago y una sudadera con las mangas rotas.
Tengo palabras esparcidas a lo largo y ancho de mi cabeza, las risas de dos amantes en el filo de la cama y la pretensión de mi inexistencia; tengo los orgasmos habidos y los imaginados, una almohada que muerdo al recordar, un vacío en el pecho que de cuando en cuando puedo llenar con olvido. También tengo la letra de un tango sin terminar y la costumbre de esperar sentada frente al buzón – siempre vacío como mi pecho-
Tengo la mitad de un cigarro escondido, mi palidez frente al espejo, el aliento cortado y una vela sin prender que espera que termine este silencio…

DESPUÉS DEL HOLOCAUSTO

Cada día estoy más convencido de que el hombre sufre no por lo que le pasa, sino por lo que interpreta. Muchas veces sufrimos por tratar de darle respuesta a preguntas que taladran nuestra mente...

No se sufre por la acción de la otra persona, sino por lo que sentimos, pensamos e interpretamos de lo que hizo, por consecuencia directa de haberle dado el control a alguien ajeno a nosotros.

Si lo quisieras ver de forma más gráfica, es como si nos estuviéramos haciendo vudú voluntariamente, clavándonos las agujas cada vez que un tercero hace o deja de hacer algo que nos incomoda. Lo más curioso e injusto del asunto es que la gran mayoría de las personas que nos "lastimaron", siguen sus vidas como si nada hubiera pasado; algunas inclusive ni se llegan a enterar de todo el teatro que estás viviendo en tu mente.
...

Definitivamente nadie puede decidir por nosotros. Nadie puede obligarnos a sentir o a hacer algo que no queremos, tenemos que vivir en libertad. No podemos estar donde no nos necesiten ni donde no quieran nuestra compañía. No podemos entregar el control de nuestra existencia, para que otros escriban nuestra historia. Tal vez tampoco podamos controlar lo que pasa, pero sí decidir cómo reaccionar e interpretar aquello que nos sucede.

La siguiente vez que pienses que alguien te lastima, te hace sufrir o controla tu vida, recuerda: No es él, no es ella... eres tú quien lo permite y está en tus manos volver a recuperar el control.

"Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: La última de las libertades humanas-la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino- para decidir su propio camino".

Viktor Frankl

martes, 25 de marzo de 2014

TRENZARÉ MI TRISTEZA...






Decía mi abuela que cuando una mujer se sintiera triste lo mejor que podía hacer era trenzarse el cabello; de esta manera el dolor quedaría atrapado entre los cabellos y no podría llegar hasta el resto del cuerpo; había que tener cuidado de que la tristeza no se metiera en los ojos pues los harìa llover, tampoco era bueno dejarla entrar en nuestros labios pues los obligaría a decir cosas que no eran ciertas, que no se meta entre tus manos- me decía- porque puedes tostar de más el café o dejar cruda la masa; y es que a la tristeza le gusta el sabor amargo. Cuando te sientas triste niña, trénzate el cabello; atrapa el dolor en la madeja y déjalo escapar cuando el viento del norte pegue con fuerza.
Nuestro cabello es una red capaz de atraparlo todo, es fuerte como las raíces del ahuehuete y suave como la espuma del atole.
Que no te agarre desprevenida la melancolía mi niña, aun si tienes el corazón roto o los huesos fríos por alguna ausencia. No la dejes meterse en ti con tu cabello suelto, porque fluirá en cascada por los canales que la luna ha trazado entre tu cuerpo. Trenza tu tristeza, decía, siempre trenza tu tristeza…
Y mañana que despiertes con el canto del gorrión la encontrarás pálida y desvanecida entre el telar de tu cabello.

Paola Klug 
 

martes, 11 de marzo de 2014

MIKEL

El vientre de mi hija crece. Falta mes y medio. En el patio del trabajo florecen los azahares, el viento es fresco y el clima espléndido. Lo espero. ¿Cómo será cuando lo conozca? ¿Cómo será cuando toque su delicada piel y sienta su peso y su respiración entre mis brazos? ¿Cómo será? Un hermoso ser que estará entre nosotros, alguien a quien atender y contemplar (en lugar de ver la pantalla de la computadora). Seguramente será ver a la vida de frente.

AFIRMACIÓN

Sólo quiero decirte que me das alegría.
Que tus pensamientos me sirven para equilibrar mi corazón y serenarlo...
Que me gusta tu piel, tu persona y tu presencia.
Que eres intemporal y permaneces en mí como un sedimiento vivo en mi memoria (un recuerdo gozoso que se queda y me hace bien, que incluso me hace sanar, ¿lo crees?).

Te lo dije ayer y te lo repito hoy: no me importa cuándo llegues y cómo lo hagas. Lo que me importa es que llegues porque para mí ese lazo misterioso que nos une, nada lo rompe. 

(Hace tiempo hice un intento por dejarte ir. No pude y te llamé por teléfono. Sin saludarte, te dije: "No puedo olvidarte". Me contestaste: "Yo tampoco". Casi fue teatral lo sé, pero así quería que fuera).

Nuevamente en tí se repite la historia de la tremenda diferencia de edades, pero es distinto porque me enseñaste una forma de estar juntos que yo desconocía. Gracias mi querido R. Säfranski (seudónimo), aunque no te gusten los perros y no tengas la menor idea de que existe este blog.