domingo, 28 de octubre de 2018

Maíz y gluten

Si, hay mucha controversia. En realidad el maíz no tiene las proteínas que forman el gluten (gliadina y glutelina) la proteína principal de su grano es la zeína. Sin embargo, por su procesamiento hay probabilidades de que se contamine con el gluten de otros cereales como el trigo, centeno y cebada (lo mismo sucede con el arroz y avena). En el caso de las personas celíacas si tienen que ser muy cuidadosas con la procedencia y manejo del maíz, pues pequeñas cantidades presentes de gluten pueden desencadenar las reacciones de alergia y ocasionar la muerte. En el caso de enfermedades autoinmunes creo yo que no es indispensable revisar que los productos cuenten con una certificación libre de contaminación con gluten. Al menos yo sí como maíz y amaranto y la verdad es que me siento genial.

lunes, 22 de octubre de 2018

Me doy permiso para no ser una víctima

Me doy permiso para separarme de personas que me traten con brusquedad, presión o violencia, de las que me ignoran, me niegan un saludo, beso, abrazo… Las personas bruscas o violentas quedan ya, desde este mismo momento fuera de mi vida.
Me doy permiso para no obligarme a ser “el alma de la fiesta”, el que pone el entusiasmo ni ser la persona dispuesta al diálogo para resolver conflictos cuando los demás ni siquiera lo intentan.
Me doy permiso para no entretener y dar energía a los demás a costa de agotarme yo: no he nacido para estimularles con tal de que continúen a mi lado.
Mi propia existencia, mi ser; ya es valioso.
Si quieren continuar a mi lado deben aprender a valorarme.
Me doy permiso para dejar que se desvanezcan los miedos que me infundieron en la infancia. El mundo no es sólo hostilidad, engaño o agresión: hay también mucha belleza y alegría inexplorada.
Me doy permiso para no agotarme intentando ser una persona excelente. No he nacido para ser la víctima de nadie. No soy perfecto, nadie es perfecto y me permito rechazar los esquemas ajenos: un hombre sin fisuras, rígidamente irreprochable. Es decir: inhumano.
Me permito no sufrir angustia esperando una llamada de teléfono, una palabra amable o un gesto de consideración. Me afirmo como una persona no adicta a la angustia. No espero encerrado o recluido ni en casa, ni en un pequeño círculo de personas de las que depender. Soy yo quien me valoro, me acepto y me aprecio.
Me permito no querer saberlo todo, para no estar al día en muchas cuestiones de la vida: no necesito tanta información, tanto programa de ordenador, tanta película de cine, tanto periódico, tanto libro, tantas músicas.
Me doy permiso para ser inmune a los elogios o alabanzas desmesurados: las personas que se exceden en consideración resultan abrumadoras. Me permito un vivir con levedad, sin cargas ni demandas excesivas. No entro en su juego.
Me doy el permiso más importante de todos: el de ser auténtico.
No me esfuerzo por complacer. Es sencillo y liberador acostumbrarse a decir “no”.
No me justificaré: si estoy alegre, lo estoy; si estoy menos alegre, lo estoy; si un día señalado del calendario es socialmente obligatorio sentirse feliz, yo estaré como estaré.
Me permito estar tal como me sienta bien conmigo mismo y no como me ordenan las costumbres y los que me rodean: lo “normal” y lo “anormal” en mis estados emocionales lo establezco yo.
Joaquín Argente

Como superar la indefensión aprendida

¿Qué es la Indefensión Aprendida y cómo superarla?

INDEFENSIÓN APRENDIDA

https://youtu.be/yCnh4F_Kpcw

jueves, 18 de octubre de 2018

RECOMENDACIONES HIPOTIROIDISMO

Cinco estrategias para recuperar la salud si tienes Hashimoto

Tratar las causas de Hashimoto es posible mediante simples, pero efectivos cambios en la dieta y en el estilo de vida. De esa forma puedes restaurar naturalmente el sistema inmunológico y el funcionamiento de la tiroides.

1. Si tienes Hashimoto, reparar el intestino es el primer paso

Reparar el intestino es vital para revertir los síntomas si tienes Hashimoto, o cualquier condición autoinmune.
Después de todo, casi el 80% de tu sistema inmunológico se encuentra en el tracto digestivo.
La pared intestinal se supone que es ligeramente permeable para facilitar el paso de los nutrientes hasta el torrente sanguíneo.
Al aumentar la permeabilidad del intestino, ya no solo pequeñas partículas de nutrientes pueden acceder al torrente sanguíneo.
Ahora pueden acceder, partículas de alimentos sin digerir, toxinas y bacterias dañinas.

El gluten, (una proteína que se encuentra en el trigo, la cebada y el centeno), es una de las principales causas del síndrome de intestino permeable.
Produce una sustancia química llamada zonulina que hace que las uniones estrechas en la pared intestinal se dilaten.

La permeabilidad intestinal también puede ser causada o agravada por:
Estrés.
Infecciones intestinales.
Crecimiento excesivo de Candida.
Antibióticos.
Píldoras anticonceptivas.

Una vez que padeces el síndrome de intestino permeable, moléculas más grandes – partículas de alimentos, bacterias, virus y toxinas – entran en el torrente sanguíneo donde tu sistema inmunológico los detecta como invasores extranjeros, atacándolos y provocando inflamación crónica.

Qué hacer si tienes Hashimoto - El estrés crónico es un factor importante en el desarrollo de la enfermedad de Graves.
Muchos de estos “invasores extranjeros” que flotan en el torrente sanguíneo se parecen mucho a las células de nuestro propio cuerpo.

El sistema inmunológico se confunde y ataca los tejidos.

Este proceso de identidad equivocada se llama mimetismo molecular, y es una de las teorías sobre cómo ocurre la autoinmunidad.

En el caso de Hashimoto específicamente, la estructura química del gluten es muy similar a la del tejido tiroideo.

Así, una vez que el gluten ha traspasado el intestino y “corre” libremente a través del torrente sanguíneo, puede lograr que el sistema inmune ataque por error la tiroides.

Los siguientes pasos son claves:
Eliminar los alimentos inflamatorios, toxinas, infecciones, parásitos.
Restaura las enzimas y los ácidos necesarios para una buena digestión.
Re-inocular con bacterias sanas.
Reparar el intestino con los nutrientes y aminoácidos que necesita.

2. Optimiza tu dieta

Saber qué alimentos comer y cuáles evitar puede ser confuso, puesto que no recibes orientación médica.

Sin embargo, identificar los alimentos es crucial.

Posiblemente en tu cocina abunden productos lácteos, legumbres, huevos, maíz y soja.
Se supone que son opciones saludables, ¿Verdad?
La realidad es que algunos de estos alimentos podrían estar contribuyendo a tus síntomas.
Puesto que todos pueden contribuir a la inflamación y a desarrollar el síndrome de intestino permeable.
Ya he mencionado que el gluten es uno de los peores.
Contribuye a la permeabilidad intestinal y al aumento de la inflamación, y a través del proceso de mimetismo molecular mencionado anteriormente, puede incluso hacer que tu sistema inmunológico ataque a la tiroides.

Los anticuerpos tiroideos bajan al renunciar al gluten!

La caseína, la proteína que se encuentra en los productos lácteos, tiene una estructura molecular muy similar al gluten.
Por lo tanto, no es sorprendente que pueda tener los mismos efectos de mimetismo inflamatorio y molecular.
Proporcionar al cuerpo los nutrientes que necesita es tan importante como eliminar los alimentos tóxicos de la dieta.

He aquí un breve resumen de la función que desempeñan:

Selenio

necesario para convertir las hormonas tiroideas en su estado activo, también reduce los anticuerpos de Hashimoto.

Zinc

Necesario para activar los receptores de la hormona tiroidea del hipotálamo, también desempeña un papel en la conversión de las hormonas tiroideas en su estado activo.

Hierro

Convierte el yoduro (de la dieta) en yodo para formar hormonas tiroideas y ayuda a convertir las hormonas tiroideas a su estado activo.

Comer una dieta rica en alimentos limpios y enteros contribuirá en gran medida a aumentar los niveles de estos nutrientes esenciales.
Sin embargo, debido a nuestros estilos de vida modernos, es recomendable tomar un multivitamínico de calidad que incluya estos nutrientes con el fin de mantener los niveles óptimos.

3. Debes combatir las toxinas

Las toxinas pueden ser aterradoras y abrumadoras porque son por demás ubicuas en nuestra sociedad.
De hecho, estamos expuestos a cientos, si no miles de toxinas todos los días.

Toxinas que pueden acumularse en nuestro cuerpo e impactar de muchas maneras en la salud, incluyendo que la tiroides funcione de forma eficiente.
Las toxinas que representan la mayor amenaza para la tiroides son las provenientes del:

Mercurio.
Los perclorato.
Nitratos.
Todos ellos son químicamente similares al yodo.

Razón por la cual son rápidamente absorbidos por la tiroides en lugar del yodo.

Cuando esto ocurre, la tiroides no tiene suficiente yodo para producir niveles adecuados de hormonas.

De esta forma se perpetuan los síntomas de la tiroiditis de Hashimoto.

Además, los nitratos se han relacionado con el aumento de las tasas de cáncer de tiroides.
No obstante, puedes tomar medidas para evitar la exposición a estas toxinas y eliminarlos de tu organismo.
Primero necesitas saber a qué estás expuesto.

Tres de estas toxinas pueden estar presentes en el agua del grifo.

Además de mercurio en el aire, lo podemos encontrar en:

Pesticidas.
Pescados.
Cosméticos.
Empastes dentales.
Vacunas.

Luego, debes minimizar la exposición filtrando el agua, elegir alimentos orgánicos, peces con un nivel bajo de mercurio, comprar productos no tóxicos para el cuerpo, eliminar con seguridad los rellenos de amalgama y tomar decisiones informadas sobre las vacunas.
A partir de ahí, puedes centrarte en apoyar tus vías de desintoxicación para poder eliminar las toxinas del cuerpo con seguridad…

4. Curar las infecciones

Existen varias formas en que las infecciones virales y bacterianas pueden desencadenar Hashimoto.

Ya comprendes cómo la permeabilidad intestinal puede llevar al mimetismo molecular: El sistema inmune ataca la tiroides en un caso de identidad equivocada.
Bueno, las infecciones pueden tener el mismo efecto!
Qué hacer si tienes Hashimoto - curar las infecciones por H Pylori
El sistema inmunológico confunde los tejidos tiroideos con virus o bacterias y comienza a atacar.

Otro escenario se da cuando la glándula tiroides o sus células sufren una infección.
Cuando esto sucede, el sistema inmunológico intenta matar el virus o las bacterias, dañando la tiroides como resultado.

Hay una serie de infecciones asociadas con enfermedades autoinmunes.
Específicamente hay cinco que a menudo se encuentran en personas que padecen Hashimoto.

Estos incluyen:
virus del herpes, Epstein-Barr.
Hepatitis C.
Helicobacter pylori.
Yersinia enterocolitica.

Estas son infecciones comunes y, a menudo, no muestran síntomas, por lo que es complicado detectar una infección.

5. Gestionar el estrés de forma óptima cuando tienes Hashimoto

Cuando experimentas estrés, tus glándulas suprarrenales se ponen en marcha, produciendo y liberando una cascada de hormonas.
Esto indica al cuerpo que debe centrar su atención en el estrés y olvidarse de otras funciones.

Funciones tales como la digestión, la respuesta inmune y la producción de hormonas tiroideas, pasan a segundo plano.

La inundación y eventual caída de las hormonas del estrés tiene muchos efectos negativos sobre la tiroides incluyendo:

Baja en la producción de hormonas tiroideas
reducción de la conversión de la hormona tiroidea de T4 (forma de almacenamiento) a T3 (la forma activa)
Escasez de hormona tiroidea no unida
Idealmente, este tipo de estrés pasa rápidamente y el funcionamiento del cuerpo, incluyendo la tiroides, recupera la normalidad.

Sin embargo, en la sociedad actual, muchos vivimos en un estado de estrés crónico.
Experimentar este proceso una y otra vez puede tener un impacto perjudicial en la tiroides.

El estrés también contribuye directamente a la permeabilidad intestinal, a la inflamación y puede reactivar infecciones latentes capaces de desencadenar Hashimoto.

Todos tenemos estrés en nuestras vidas.

Es irreal pensar que podemos controlar totalmente el estrés, sin embargo, podemos aprender a manejarlo de mejor forma.
Determinar cómo aliviar el estrés es vital para la curación.
Respiración profunda, meditación, paseos relajados, cualquier acción que te evite caer en un estado de estrés crónico.

Revertir las enfermedades crónicas es el paso clave para recuperar la salud!

Si tienes Hashimoto o sospechas que puedes tener una enfermedad de la tiroides, seguir el enfoque descrito y llegar a la raíz del problema es tu hoja de ruta para una vida más feliz y saludable.

¿Estás listo para vencer tus síntomas, recuperar tu energía, y sentirte como tú otra vez?

Si tienes Hashimoto, Graves, o cualquiera de los cientos de otras enfermedades autoinmunes, quiero que sepas que puedes revertir condición!

Existe una gran cantidad de pacientes que tienen tiroiditis crónica o enfermedad de Hashimoto, una enfermedad autoinmune que produce anticuerpos contra la glándula tiroides. De hecho, es mucho más común de lo que se cree, y puede conducir a la destrucción total de la glándula tiroides si no se diagnostica y se trata adecuadamente.

El problema radica en que los médicos no suelen atinar con el diagnóstico, e incluso si lo hacen, la respuesta estándar es “No hay nada que podamos hacer. Vamos a monitorear sus niveles de la tiroides y cuando bajen demasiado, será porque su glándula ha sido destruida, en cuyo caso podemos colocarle una hormona tiroidea de reemplazo para el resto de su vida.”

Los síntomas de deficiencia tiroidea pueden ser: fatiga, depresión, aumento de peso que es difícil de perder, los ojos hinchados y la cara, baja temperatura corporal, adelgazamiento de las fibras del cabello y las cejas y sequedad de la piel, sólo para nombrar unos pocos de la cientos de síntomas que pueden estar relacionados con trastornos de la tiroides.  Ante estos síntomas, el médico puede ordenar un panel de pruebas de la tiroides, es decir sobre la hormona estimulante de la tiroides, así como la T3 y T4, que son dos hormonas tiroideas. Si los resultados están dentro del rango normal, no se realizan pruebas para la detección de anticuerpos. La ironía es que muchos, muchos pacientes pueden tener niveles normales, pero todavía tienen anticuerpos contra la glándula tiroides. Es por ello que si un paciente parece tener un problema potencial de la tiroides, siempre son necesarias también pruebas de anticuerpos, ya que la prueba de la hormona estimulante de la tiroides no es la única suficientemente confiable como indicador de una disfunción tiroidea.

Incluso si un médico ordena pruebas de anticuerpos, en ocasiones no tienen ninguna opción de tratamiento que no sea el de la hormona tiroidea de reemplazo, que es normalmente la tiroxina (T4), que es la forma inactiva de la hormona tiroidea. Si hay otras disfunciones en el cuerpo tales como la fatiga adrenal, congestión hepática, bajos niveles de  progesterona y ciertas deficiencias de nutrientes, la T4 no puede ser convertida correctamente en la hormona activa T3. La prescripción de tiroxina dejará un paciente con sus anticuerpos sin tratamiento, y por lo general persistirán todos los síntomas en su tiroides.  Aunque a veces la medicación de T4 podría disminuir síntomas en un paciente durante un periodo de tiempo, deberá procederse al aumento de la dosis antes de que caiga enfermo de nuevo, a la vez que su glándula tiroides está siendo destruida lentamente.

Cuando un paciente presenta altos anticuerpos, el objetivo del tratamiento no debe ser la glándula tiroides en sí (aunque podemos apoyar la glándula) sino el sistema inmune.  Es decir, el cuerpo se ataca a sí mismo y tenemos que detener ese ataque. Si somos capaces de detectarlo a tiempo, puede revertirse y la tiroides puede funcionar con normalidad de nuevo. Si los anticuerpos han estado  activos durante décadas, entonces hay una posibilidad de que la glándula tiroides pudo haber sido destruida, y lamentablemente, una vez que esto ocurre, no se puede recuperar.  En ese caso, la única opción es la hormona de reemplazo de por vida, pero hay opciones mucho mejores que los de tiroxina.

Una de las primeras áreas a tratar, cuando el objetivo es detener un ataque autoinmune es eliminar el gluten de la dieta. El gluten es la proteína que se encuentra en el trigo, así como otros cereales como el centeno, la cebada, la avena y escanda.

El trigo que hoy consumimos ha llegado a contener mucho más gluten de lo que nunca había tenido en el pasado. En un sistema digestivo que tiene el síndrome de intestino irritable (que puede ser debido al estrés, la dieta, las toxinas y la mala digestión), grandes, partículas de gluten no digeridas pueden entrar en el torrente sanguíneo y causar una respuesta inmune. En personas susceptibles, esta respuesta inmune también desencadena un ataque contra la glándula tiroides.

Hay una gran cantidad de evidencia que muestra que el gluten desempeña un papel significativo en el desarrollo de la enfermedad de Hashimoto.  La primera etapa de la curación es eliminar todo el gluten de la dieta durante al menos seis meses, mientras se está en un programa de reparación alimenticio y se busca la reducción del ataque del sistema inmune. Toda vez que la cantidad de anticuerpos descienda, los síntomas deben disminuir también y la tiroides tiene una oportunidad de funcionar correctamente de nuevo.

Estas condiciones pueden tardar décadas en el proceso, por lo que la curación puede tomar de seis meses a dos años, dependiendo de la severidad de la condición y el cumplimiento del paciente con el programa de curación.

Dr. Marcelo Rodríguez 
Médico Endocrinologo