Con la atmósfera de Día de Muertos, una copla que cantaba Oscar Chávez, me ronda en la mente. Siempre me pareció bella a más no poder:
"Las campanas de mi pueblo,
doblando están por un muerto;
tienen razón ya no existo
porque no estoy en tu pecho"
Simplemente no soy de este mundo... yo habito con frenesí la luna. No tengo miedo de morir; tengo miedo de esta tierra ajena, agresiva... no puedo pensar en cosas concretas; no me interesan. Yo no sé hablar como todos. Mis palabras son extrañas y vienen de lejos, de donde no es, de los encuentros con nadie... ¿Qué haré cuando me sumerja en mis fantásticos sueños y no pueda ascender? Porque alguna vez va a tener que suceder. Me iré y no sabré volver. Es más, no sabré siquiera que hay un “saber volver”. No lo querré acaso.
-Maestro, cómo puedo enfrentar el aislamiento?-Limpia tu casa. A fondo. En todos los rincones.Incluso los que nunca tuviste ganas, el coraje y la paciencia de tocar.Haz que tu casa sea brillante y cuidada. Quita el polvo, las telarañas, las impurezas. Incluso las más ocultas.Tu casa te representa a ti mismo: si cuidas de ella, también te cuidas.-Maestro pero el tiempo es largo.Después de cuidar de mí a través de mi casa ¿cómo puedo vivir el aislamiento?-Arregla lo que se puede arreglar y elimina lo que ya no necesitas.Dedícate al remiendo, borda los arranques de tus pantalones, cose bien los bordes deshilachados de tus vestidos, restaura un mueble, repara todo lo que vale la pena reparar.El resto, tíralo. Con gratitud.Y con conciencia de que su ciclo ha terminado.Arreglar y eliminar fuera de ti permite arreglar o eliminar lo que hay dentro de ti.-Maestro ¿y luego qué?Qué puedo hacer todo el tiempo solo?-Siembra.Incluso una semilla en un jarrón.Cuida una planta, riégala todos los días, háblales, dale un nombre, quita las hojas secas y las malas hierbas que pueden asfixiarla y robarle energía vital preciosa.Es una forma de cuidar tus semillas interiores, tus deseos, tus intenciones, tus ideales.-Maestro ¿y si el vacío viene a visitarme?... ¿Si llegan el miedo a la enfermedad y a la muerte?-Háblales.Prepara la mesa para ellos también, reserva un lugar para cada uno de tus temores.Invítalos a cenar contigo. Y pregúntales por qué llegaron desde tan lejos hasta tu casa. Qué mensaje quieren traerte.Qué quieren comunicarte.-Maestro, no creo que pueda hacer eso...-Tu problema no es el aislamiento, sino el miedo a enfrentar tus dragones interiores. Esos que siempre quisiste alejar de ti. Ahora no puedes huir.Míralos a los ojos, escúchalos y descubrirás que te pusieron contra la pared.Te han aislado para poder hablar contigo.Como las semillas que solo pueden brotar si están solas.Autor desconocido
La cobardía es madre de la crueldad. ― Montesquieu
La crueldad, como cualquier otro vicio, no requiere ningún motivo para ser practicada, apenas oportunidad. ― George Elliot