lunes, 16 de abril de 2012

Sabado por la mañana: operación quirúrgica de mi hija. Mientras, yo miraba a través de un gran ventanal del Hospital Ángeles la torre de departamentos donde vivió Jennie... Había mucha luz y claridad para ver desde ahí los últimos pisos. Si fantaseaba, podría dar un brinco al piso trece (en mi imaginación, si pudiera saltar encontraría un refugio). Me llegó la nostalgia de los momentos felices que viví ahí a plentitud, cuando no vislumbraba sombras en mi vida. Quise compartir ese momento con ella: "Jennie, mi querida Jennie". No resistí y la llamé por el teléfono celular. Escuché su voz cálida y empática de siempre y sentí que mis recuerdos la tocaron también a ella.