sábado, 14 de abril de 2012

R.S.

Para: Rudiger Säfranski (seudónimo)

Otra vez tus manos estuvieron entrelazadas entre las mías, devolviéndome a la tierra húmeda que es el lugar a dónde pertenezco.

Una vez me preguntaste: "¿Puedes estar en medio del fuego sin quemarte?" Sin palabras, creo que respondí a tu acertijo. Ambos hemos fluido en la intensidad de los sentidos: nuestro tiempo ha sido sagrado para alejarnos de la normatividad y de la eterna rutina. A la vez, tu inteligencia se entramó con la mía, en las conversaciones que nos dictó nuestra libertad.

Después de eso, regresaste a tu lugar y yo al mío. Ahora es tiempo de sosiego y lo vivido se ha quedado en nuestro interior.
Permanecen los sedimentos de lo que queremos dejar.

Bien lo sabes: ven cuando quieras o cuando puedas... Siempre transcurrimos, optamos y sin duda: decidimos.
En un sentido profundo, descubres en cada encuentro a la mujer que soy.