lunes, 13 de junio de 2011

EL ENAMORAMIENTO ES UN ENGENDRO


¿Será el enamoramiento un engendro? Creo que sí, amar a un hombre es tener un engendro dentro del cuerpo. Fantasía estúpida/ilusión falsa e ingenua. La cultura realizó su misión y yo, al seguirla, fui responsable de hacer mías las expectativas de la sociedad, aprendidas, malditamente aprendidas; manipuladas, malditamente manipuladas. Me repito, ¿realmente necesito una contraparte? ¿Requiero de verdad a un hombre como compañero?, ¿para resolverme qué? Es mejor tapar los huecos de mi vida de otra manera. ¿Puede suceder que el cariño de mis amigos me haga voltear la mirada sólo hacia ellos? De seguro eso lastima menos: o no lastima para nada si están bien escogidos. Cada vez me rebelo más a vivir esa melcocha inventada que tiene el desencanto como consecuencia infalible; rechazo vivir prendida de una mentira, o ser yo quien me prenda a una mentira para poder vivir: elaborar la imagen de la nube para que después se evapore, o que llore porque las hadas jamás existieron. Busqué el amor, y llegó siempre con presagios de desamor. Viví como una ilusa, llena de fantasías para tapar un poco mi realidad. Deseo ser una desenamorada el resto que me queda de vida.

¿Quién puede aguantar tanto sin rendirse? He sido como la mosca que se golpea contra el vidrio constantemente porque cree que puede atravesarlo, que esa es la salida verdadera... El amor de un hombre lo he visto como el paisaje que se encuentra afuera de ese vidrio y he querido salir para encontrarme con sus brazos ¡Vidrio, sólo vidrio y golpes! Un cambio de paradigma para mi es necesario, completamente necesario. Punto final a mis quimeras.

Foto de Noomi Rapace como Lisbeth Salander, en la película "Los hombres que no amaban a las mujeres" de la trilogía Millenium