Hoy visité el Restaurant que está donde antes estaba La Casona del Elefante. Allí acostumbraba ir, algún sábado con alguien a quien hace años amé. Para entonces todo era ilusión. Recuerdo los diferentes rincones, colores y texturas; el ir y venir de los meseros con sus chalecos hindués bordados con elefantes. La exquisita atmósfera del salón principal con una profusión de plantas colgantes... El delicioso aroma de curry ... El saloncito donde un pequeño conjunto tocaba jazz y blues... Lo recuerdo con él. Para mi, lo que con él compartía era único.
Ahora, sobre la misma estructura y con una decoración de mal gusto, reina la algarabía y la comercialización. Ese maravilloso lugar desapareció.
(ninguna foto en Google, tal parece que ese lugar nunca existió)
