sábado, 29 de octubre de 2011


EN LA OSCURIDAD

Me recuesto, es de noche. No hay ningún ruido. Busco mis recuerdos: los ordeno, los asocio, los discrimino. Éste me sirve, éste no. Éste quiero conservarlo y éste se va a la alcantarilla. Soy su dueña y hay varios que quiero tirarlos.

En contraste, quiero guardar en mi memoria lo que me nutre, lo que se quedará conmigo y me alumbrará con su brillo. Deseo que el cariño permanezca, lo mismo que las palabras verdaderas, los actos nobles y las expresiones amables. Los guardo uno a uno con cuidado y los acaricio. Sobre todo, los que me ayudaron a sentirme respetada como mujer y como persona; los que protegieron mis sentimientos sin estrujarlos o golpearlos contra la pared.

Con suavidad y a veces con violencia, en esta oscuridad amigable, retiro lo que no quiero y conservo lo que me permite estar fuerte e íntegra. Es mi manera de limpiar mis plumas de garza blanca (¿o gris quizás?)