martes, 18 de octubre de 2011

UTOPÍAS EN CASCADA

Añoro soñar todos los sueños imposibles, caminar bajo una lluvia torrencial con la cara hacia arriba para sentir el golpeteo de las gotas, invocar a los demonios, decir todo lo que siempre he callado, prender una vela para contemplar su flama y perder la noción del tiempo, caminar sobre las piedras de un pueblo quieto y sentirlas bajo mis pies, nadar en la inmensidad del mar, ver volar parvadas de aves silvestres, hablar de tonterías y reírme mucho, romper lo establecido que me parezca estúpido o enajenante, mostrales mi cariño a quienes quiero y brindarles mi mano, luchar contra el maltrato a los animales, ver a un grupo de luciérnagas alumbrar una noche oscura con su cuerpo de lamparita, contemplar que las hojas de los álamos por debajo son plateadas, llorar por la muerte de Saramago y Sábato porque han sido representantes del humanismo que añoro, decirles a los homosexuales que me duele que aún sufran repudio, ver desde un acantilado a una estrella de mar transparentarse entre las aguas, caminar tomada de la mano de alguien con capacidad de asombro para mirar la vida, sacar con delicadeza a una araña de una estancia para que no se muera de hambre, leer en un entorno solitario pasajes de Pedro Páramo a alguien a quien ame, escribir libertad en los cuadernos viejos, desear que castiguen a quienes asesinaron mujeres en Ciudad Juárez, recordar las hermosísimas calles de Lisboa, saber que se suspendieron las corridas de toros, convencer a los hombres de que nos escuchen cuando expresamos lo que sentimos y que miren nuestras lágrimas como gemas transparentes, ver las películas artísticas que me han dejado huella con una compañía que las aprecie como yo, esperar que quien visite mi refugio --por el tiempo que sea-- y sea capaz de aceptar a mis perros que antes vagaron por las calles (son angelitos sin alas), anhelar que miren mi interior y mi esencia más que mi aspecto físico que ya no es el de una joven, intentar que mi imaginación tenga el alcance para atenuar algunos de mis pesares y finalmente fluir como fluyen los ríos.