sábado, 13 de agosto de 2011


MUERTE EN VENECIA: MI REFLEJO


Mi juventud quedó muy atrás y aunque aún estoy llena de vida, me llegan las bofetadas de una sociedad que enaltece la piel firme y se olvida del cerebro y el corazón. Me prometí a mi misma ya no dejarme golpear y cerrar mi muralla. Mis manos ya no tienen la tersura de antes, pero eso mi corazón no lo entiende. Los conceptos con que esta sociedad se rige son sumamente crueles y no perdonan que en cuerpo de una persona el tiempo se acumule.

Ahora sí, quisiera irme y perder mi sustancia... Cómo desearía ser el espíritu de una hechicera y deshacerme de este cuerpo --que debería amarlo por ser parte de mi--, pero sucede que día a día miro cosas que no quisiera repetir aquí y que me hacen desear ser incorpórea. Dejar lejos mi parte pasional y preferir que nadie me mire. Mis amigos y amigas jóvenes me buscan y estoy segura que logro estar en sintonía con ellos. Los golpes me llegan de otros lugares, muchas veces cuando más contenta estoy y menos los espero.

Thomas Mann/ Luccino Visconti/MUERTE EN VENECIA/ Dirk Bogarde/ Gustav Mahler

Lo que considero que pudo pensar y sentir Gustav, cuando sin saberlo (¿o lo sabía?) se estaba muriendo frente al mar... Tal vez, el pobre, estaba desfasado de su realidad, ¿y que podía hacer para callar su sentir?

Yo, como Gustav:

El calor me hace sudar y mis cejas se despintan. En el anhelo de buscar mi juventud perdida pedí que las retocaron con un lápiz negro. Estoy a la orilla de un oscuro mar veneciano en la contemplación de una figura inalcanzable que se va, desdibujada, hasta que se pierde... Adiós, Tadzio, te veo sonreír con otros jóvenes como tú. Mientras yo, Gustav, te toco a lo lejos con mi imaginación. ¿Cómo me ves, cuando los años ya no se cuentan de cinco en cinco, sino de diez en diez, o más bien de veinte en veinte?

http://www.youtube.com/watch?v=RfRZT6Vw_wE&feature=related
(Una escena de la película con la música de Mahler)