miércoles, 7 de diciembre de 2011

VIDA COTIDIANA

Estoy quitándole las “bolitas” con las tijeras a mi sweater viejo para que se vea más presentable, aunque la verdad es que así están todos. Pensiones o aguinaldos, son ajenos a mí. En las supertiendas anuncian Navidades mágicas (la única magia que conozco es la que hacemos para que el dinero nos alcance para lo básico; y eso, si es que podemos lograrlo). Claro, hay muchos que están peor, realmente jodidos, pero eso no es un consuelo. Mis anhelos, ¿cuáles?, sólo estar lo mejor posible con lo que está a mi alcance. La cena de Navidad la pagará mi hija que no es investigadora académica como yo y no está en el área educativa. Fuimos dizque clase media y desde hace años es evidente que ya no lo somos. Se lee la noticia de que el candidato a la presidencia del país, a quien seguramente lo harán ganar, no supo decir a la prensa cuáles son sus tres libros favoritos. Resúmen: ¡que inmensa pobreza a todos niveles nos espera! Mi futuro, el futuro de los mexicanos se vé "color de hormiga", como decía mi mamá (refieréndose a las hormigas negras y chiquitas). Lo sé, muchos me dirán “no te quejes” y les contestaré: ”déjenme, me quejaré sólo un momento”. Después tendré fuerzas de nuevo, haré algo productivo en mi entorno limitado o simplemente me distraeré. Al final, haré una fiesta como un homenaje a los seres vivos que me rodean y que por suerte no saben de estrechez económica o de asuntos políticos (me refiero a mis perros y a mi gato).