martes, 3 de julio de 2012

■■■PEQUEÑO DRAGÓN AZUL■■■falta ilustración


El silencio me habló sin palabras y se recostó a mi lado como un pequeño dragón con matices azules. Replegó sus alas transparentes y se quedó dormido. Lo acompañé en su sueño. Mi cojín era blando para que durmieran también mis fantasmas bajo mis cobijas, pegados a mi cuerpo. No era el momento para desear cercanía humana, ni en lo real ni en lo fantástico. Tal vez ya no me gustan los seres humanos porque no son de fiar; en cambio, los dragones y los fantasmas sí.

Transformo a voluntad mi mundo interior y aunque nunca vi una aurora boreal, la imagino en mi sueño. Entonces la desvanezco para hacer surgir un árbol con hojas de cristal. Cruzan en el cielo, como ráfagas, varios pájaros de negro plumaje. Mis imágenes también son mis premoniciones.

Contemplo lo que soy capaz de crear...
Por favor, que nadie se acerque, que nadie se atreva a contaminar la pureza de mi silencio.