sábado, 8 de enero de 2011

SOLEDAD SIN DESAMOR


La soledad me sabe distinta. Aún estoy lejos de hacerla mi aliada (aunque si no hiciera tanto frío seguramente me sentiría más animada). Confío en mi fuerza, que me sostiene hora tras hora. Mi mundo, antes desbaratado, toma forma. No bien definida todavía, pero veo más luz.

Hoy alguien me dijo: "Cuando te recuerdo pienso en dignidad, vitalidad y congruencia." Gracias, cuánto me alegra que se exprese una persona así. Por eso mi soledad tiene una dimensión distinta. Hoy mis movimientos y tiempos son libres y míos por completo. ¿Qué recuperé? Todavía no lo sé. Un poco de esperanza tal vez, y seguramente otros sentimientos aún poco claros, pero que día con día se perfilan.

Los animales que cuido y que llegaron desde la incertidumbre y el maltrato de la calle, viven conmigo. Día tras día son mis aliados. Los miro a mi alrededor cuando escribo, y cuando nuestros ojos se cruzan es como contemplar la inocencia y la transparencia que poseen esos pequeños seres no humanos: compañeros de corazón. Miraditas cálidas que quieren una caricia o algo de comer diferente a sus croquetas de siempre. Mi placer es consentirlos, y darles con humildad lo que no tuvieron.